24 junio 2012

Proponiendo un trío






Esta noche, la cosa ha ido de más calor a más calor. Hasta el punto de estar casi con fiebre en nuestra piel. Nuestros cuerpos completamente abrasados en varios sentidos, nuestras mentes casi derretidas y nuestros sexos a punto de estallar. El día a comenzado muy tranquilo, muy bien, día en la playa. Playa nudista, evidentemente. Hemos estado con aquellos con los que nos iniciamos, una parejita de lo más maravilloso del mundo swinger con la que hemos compartido infinidad de momentos. Su primera vez, también fue la nuestra, con esto creo que lo explico todo. Los nudos que nos atan son muy fuertes y compiten de buena gana con el metal más sólido. Por lo que en la playa, ha sido muy light, bien es cierto que íbamos con las peques y por eso nos hemos cortado algo bastante. Sin embargo, la tentación de volver a compartir ese ratito de morbo y sexo aumentaba por momentos.

Debido a la falta de crema, nos hemos socarrado vivos, hemos acabado gambas totales y también hemos terminado muy cachondos por no poder tocar, acariciar, besar, jugar,... Con ellos, y de ahí esas ganas locas de que llegara la noche para poder "violarlos" sin descanso. Hemos salido a cenar, ha ganado la selección y de ahí a tomar unas copas a la Arboleda de Simila. Una vez allí, les hemos enseñado el local y hemos terminado como siempre en la zona de fumadores, pues está muy chula, unos sofás superchulos y cómodos y encima a la fresca. ¿Qué más se puede pedir? Pues encontrarte con un chico al que ya conocí en otra ocasión en ese mismo local y que me cayó fantásticamente bien. Ya llevaba tiempo buscando candidato perfecto para hacer un trío con mi niña. Regalarle una buena poya y que pueda disfrutar de buen sexo, dos tíos para ella solita. En una ocasión contacté con un fotógrafo profesional y el resultado de aquella velada se puede ver en la colección de fotos que publicamos en el ons, pero la cosa no cuajó, aunque cuando el fotógrafo se marchó y le conté mis intenciones a la morena, se puso tan caliente que echamos un polvo impresionante fantaseando con la situación. Aquél fotógrafo no dejaba de echar flashes y ella de quitarse ropa. Dos hombres mirándola con deseo y ella exhibiéndose ante nosotros. Pero esta es otra historia que algún día relataré. Volviendo al tema anterior... Al ver a este chico y yo estar tan cachondo del día que habíamos llevado, mi mente no paraba de fantasear con la escena del trío. Estaba pensando una situación de lo más natural y morbosa posible para acercarlo a mi pareja y así seducirla los dos y follárnosla hasta llenarla bien de leche. Pero a la vez que una idea nacía en mi calenturienta mente, algo en mi interior me echaba para atrás. ¿Miedo? Tal vez, sería algo muy fuerte para mí, en la ocasión del fotógrafo yo llevaba semanas hablando con él, planeando cada momento, cada movimiento, cada fotograma,... Pero esto era diferente. Era un aquí y un ahora. Cuasi improvisado y eso me ponía cachondo a la par que me daba miedo. Pero volviendo a aquél presente...

Las palabras se han terminado fusionando con las caricias, las caricias con los besos y el sudor ya brotaba por nuestras frentes cuando hemos decidido subir al dormitorio los cuatro, como os decía, con nuestros amigos de Madrid. Lo hemos pasado genial. Nos hemos desnudado con deseo y desenfreno, miraba la cara de lasciva de mi morena, viendo como lamía la poya del otro chico, lo hacia con bastante deseo. Además, la muy zorrita me miraba para hacerme ver que lo estaba disfrutando y eso todavía me pone más aun si cabe. Sentir los labios de la otra chica en mi poya, ver como lamía con dulzura y esmero mi falo mientras en mis manos tenía una teta de cada una, viendo a las dos bastante calientes y deseosas de recibir un buen chorro de leche, aumentaba más y más el calor de nuestra piel. Escuchar como tu pareja se corre desconsolada tras un cunnilingus, a la par que te masturbas agarrándote fuerte la poya y en tu boca tienes el coñito de la otra chica,... En fin, de más a más hasta que por fin hemos terminado con una buena pasada de penetraciones increíbles. Frente a frente, para poder ver como se follaban a mi niña, mientras yo le daba lo suyo a la otra. Me he corrido de tal forma, que he llenado el condón de semen con tal cantidad, que desbordaba el capuchón clásico del envoltorio y al quitarlo chorreaba de leche calentita, pues aun salían pequeños brotes de semen de mi poya tras follarla a cuatro patas.

Nuestros amigos han tenido que marcharse, les quedaba largo camino hasta El Campello, pues pasaban ahí el fin de semana y a eso de las tres se han vuelto al chalet. Nosotros nos hemos quedado para consumir la última copa de nuestro cupón de entrada, así aprovechábamos para charlar un poquito a solas tomando el fresco en ese local que tanto nos gusta. La charla ha dado mucho de sí, comentando momentos con esta parejita, caldeando nuevamente el ambiente,... El vestido de mi morena dejaba toda su espalda al aire y sus pechos sin sujetador brotaban como miel de un panal por ese escote tan escocado y sedoso. Parecían dos cortinas que se abrían y se cerraban tímidamente con cada movimiento de sus brazos. En ocasiones se dejaba ver una gran parte de la aureola, en otras no veías nada pero se intuían las curvas sinuosas de su pecho... En definitiva... Me estaba volviendo a poner muy caliente. Y es así como me ha vuelto nuevamente la idea del trío. Mi poya empezaba nuevamente a hincharse y mis manos empezaban a sudar. Ella me miraba inocente sin saber que nueva proposición le iban a hacer mis labios. Cuando se lo he dicho, la pobre estaba tan cansada y tenía tanto sueño que... Bueno, mejor os cuento como ha ido la conversación y como ha sido la situación, pues lo merece, es mi primer aquí y ahora con referencia a follarnos a un tío.

Ella dubitativa sobre si marchar a casa o hacer un pequeño esfuerzo por seguir con los ojos abiertos para terminarnos la última copa. Yo nervioso sin saber como lanzar la propuesta, cada uno con su preferencia en mente, una dormir y el otro follar (esto suele ser muy común [risas del autor]). Entonces es cuando ella por fin se rinde y mirándome a la cara poniendo facciones de sueño en estado de alerta en plan, me duermo ya de ya, me dice que quiere marcharse a casa, que no aguanta más. Entonces mi mente me ha jugado una mala pasada (o buena porque se lo he dicho). Ha ordenado a mi mano que la acaricie el pelo, mis ojos se han vuelto más lascivos que nunca, mi poya se ha hinchado tanto que reventaban mis pantalones y mis labios han pronunciado lo que en un principio no me atrevía a decir, pero mi poya estaba deseando. Así que le he dicho "Morena, ¿no te apetecería hacer un trío?". A lo que ella, lógico aunque su mirada decía que ya sabía con quién iba a ser dicho jueguecito me ha preguntado "¿Ahora? ¿Y con quién?". Yo le he dicho quien era el chico y ella me ha respondido que no podía follar, que tenía muchísimo sueño, que por favor que nos fuéramos a casa. Le he insistido un poco, a nadie le disgusta un dulce por sueño que se tenga. Es un tío bueno y bien dotado y la situación era bastante morbosa. "Tu piensa que aunque tengas sueño, en cuanto nos pongamos a lamerte entre los dos y tengas dos poyas para ti,... Te va a encantar tonta". A todo esto yo acompañaba las palabras con gestos, le acariciaba un pecho y casi que utilizaba un tono de voz a nivel de susurro para imponer más si cabe.

El caso, es que la morena me ha rechazado tres veces y me ha rogado que no forzara la situación. Momento en el que he declinado mi oferta y he accedido a marchar a dormir. Pero mi poya seguía tiesa como una viga. Por fin había propuesto una de mis fantasías, compartir a mi chica con otro chico y verla a solas gozar con él. Me había quedado tranquilo a la par que inquieto y algo decepcionado. Me volvía ya para casa con un importante dolor de... Ya me entendéis...
Pero aquí no acaba la cosa.

Salimos de la zona al aire libre del local y teníamos que cruzarnos todo el interior hasta llegar a las taquillas y allí estaba el chico con el que quería hacer el trío. Mi corazón a dado un vuelco al verlo, estaba deseando decirle "¿Conoces a mi chica? Creo que ya te la presenté. ¿Tu te tomarías una copa con nosotros ahí fuera?" Pero mi mente me frenaba, mi morena me había dicho que no quería nada con él porque estaba muy, pero que muy agotada, algo mareada por el alcohol y con un sueño increíble. Así que continuamos andando y no habíamos llegado ni a la mitad de la barra y mi morena se para, se gira y me dice "Joder, ahora no sé que hacer..." A lo que yo le respondo "¿Ah sí? Ahora no sabes que hacer ¿eh? Si ya sabía yo que te ibas a despejar". Y la verdad es que se ha despejado muchísimo, los ojos como platos y los nervios a flor de piel. Nos hemos quedado un ratito bailando al final de la barra, y le he dicho "tu imagina dos poyas para ti sola. Dos bocas, dos lenguas... Ahora le decimos si se quiere tomar algo con nosotros, nos lo sacamos fuera y charlamos a ver si cuaja la cosa. Iniciamos algún juego y cuando menos te lo esperes lo tienes lamiéndote el pezón y..." Pero mi morena se ha cortado en ese momento, se ha puesto más nerviosa de lo habitual pero el sueño y el cansancio le han podido. Se ha echado para atrás, aunque veía en su cara lo cachonda que estaba. Hemos seguido camino, llegado a las taquillas, recogido todo en absoluto y hemos marchado, pero claro, al salir he saludado "al chico" y le he presentado a mi morena. Diciéndome él que no nos veía mucho el pelo por allí, ha surgido el momento de soltársela, "pues le he dicho a mi chica si quería un trío contigo, tomar algo a ver si cuaja la cosa y... Pero está muy cansada así que en otra ocasión". Mi niña ya le había dicho pocas palabras antes "a ver si nos vemos en otra ocasión algo más prontito". O algo así, porque la verdad que mi mente solo veía que mi niña al final se animaba y terminábamos los tres en la terraza tomando algo y jugando los dos con ella. Pero no, un apretón de su mano a la mía me ha dado la voz de alarma de despedirme por fin de el chico y marchar a casa.

Ya en el coche, ha fantaseado lo suyo y se ha puesto muy, pero que muy cachonda. Ahora ya he sentado las bases para que esta situación termine cumpliéndose. Espero que así sea, aunque yo prefiero que surja la idea como ha surgido hoy, casi espontánea, casi natural, sin forzar nada.

Bueno, ahora ella está dormida tras de mí, yo escribiendo este relato y ahora toca masturbación, porque sinceramente me he vuelto con un calor increíble del local y tengo que calmar de algún modo a mi poya y a mi mente para poder dormir a gusto.

¡Un abrazo a todas las parejitas que nos leen y muy buenas noches!
Alex.

PD: Si alguna pareja le apetece contarnos su experiencia de trío encantados, escribidlo en comentarios de esta entrada del blog, o si nos queréis contar cualquier anécdota referente a los tríos, nos gusta saber de vuestras perversiones más íntimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Déjanos un comentario, siempre contestamos!

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.